Hilos atrapados en una tela de araña

Polvo de hilos

Oficialmente, las Navidades acaban con la Fiesta de la Candelaria, que se celebra el 2 de febrero. Por eso el otro día retiré el arbolito de navidad y devolví los hilos al potecito donde siempre los guardo. ¡Me encanta coleccionar los restos de los hilos! Es lo que en el argot crucetero se llama "polvo de hilos". ¡Suena tan poético! ¡Sólo de escucharlo me vienen a la mente príncipes azules!

Ya hace días que os quería explicar lo que me pasó, pero hasta ahora he estado tan ocupada que no he tenido tiempo. Entre lo de los concursos, los bordados (estoy muy activa), las celebraciones y el trabajo, no he podido actualizar el blog hasta hoy.

Mientras desmontaba el árbolito empezó a soplar la tramontana, que es el típico viento que sopla por el "Empordà".  Sin darme cuenta, algunos hilos se me escaparon por los aires. La mayoría los di por perdidos, pero después me llevé una sorpresa al ver que algunos se quedaron flotando en el aire. Era como si no se quisiesen marchar. Volví a mirar al cabo de un rato, y aún seguían ahí. Qué cosa más rara!

Hilos flotando en el aire

Entonces me fijé bien y resulta que estaban atrapados en una tela de araña que sólo se veía contra un fondo oscuro. Me ha dado una alegría esa casualidad, que los he dejado ahí. Ya que ahora no hay ninguna flor que decore y dé colorido al exterior, está muy bien al menos tener los hilos que dan un toque de alegría al entorno de casa.

Hilos en tela de araña

Por cierto, de la araña, ni rastro.